[AkaitoxTeto]

Prólogo

Shanghai, China, 1937. Antes de la segunda guerra mundial un joven soldado de se encuentra en territorio enemigo, junto a él se encontraba su hermano más pequeño temblando de miedo y nervios al ser un recién llegado. Al escucharse la orden de ataque todos salieron al campo armados con su arma, unas cuantas municiones y su coraje; mientras los hermanos permanecían juntos para sobrevivir y regresar a casa.

El pequeño comenzó a hacer un buen trabajo, pero en realidad era un pacificador, solo le disparaba a los soldados chinos en las piernas para que no se acercaran más, en realidad no quería lastimar a nadie, solo que quería que no lo lastimaran ni a él ni a su hermano mayor, pero lo inevitable sucedió...

Uno de los soldados chinos se acercó a uno de sus compañeros caídos, observando que el responsable es un pequeño soldado japonés peliverde; con la intención de vengarse disparó el gatillo, dirigiendo la bala hacia su muslo, pero el pequeño se movió, dándole a otra pierna mas larga, para después oírse el grito del pequeño:

-¡¡¡Hermano!!!

Tras esto el joven soldado peliverde disparó al atacante con lágrimas en los ojos hasta matarlo, controlado completamente por el coraje, simplemente volviéndose loco cuando de pronto una mano tocó su pierna escuchando:

-Tranquilo… N-No me ha pasado nada grave… Tranquilízate, saldremos de esta guerra sin importar lo que nos cueste…

Le dijo su hermano mayor desde el suelo de forma entrecortada, intentando tranquilizarlo, mientras de su pierna comenzaba a brotar la sangre y su cuerpo temblaba por el dolor, notándose este en su rostro y voz.

-¡Tengo que llevarte de vuelta!

Decía el pequeño cargando a su hermano de un hombro, arrastrándolo de las piernas mientras lo lleva de regreso, disparando a cada chino que se le acercara, más por miedo de que lastimaran a su hermano mayor que por que lo lastimaran a él.

-Ni-Nigaito... Tranquilízate...

Susurraba el pelirrojo mientras veía a su pequeño hermano cargar con él por el campo de batalla y dispararle a cualquiera que se cruzara frente a ellos. Llegando después de cierto tiempo y muchos disparos a la línea defensora, donde el peliverde entrego a su hermano a sus superiores y este fue llevado en auto hasta el campamento.

Pudiendo ver el pelirrojo desde el auto como su hermano se le ordenaba volver a la batalla solo sin el, soltando unas cuantas lagrimas por la preocupación de no poder ver a su hermano.
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En un simple campamento de enfermería, se encontraba una joven enfermera de 19 años, llamada Kasane Teto sentada en un pequeño banco, apoyándose en la camilla frente a ella mientras escribía una carta a su hermano Kasane Ted el cual se encontraba en Nanki.

Querido hermano, por fin hemos llegado a Shangai. Sabes, aun estoy nerviosa, he visto heridas muy graves, nunca me imagine que fueran de tal magnitud, mis superiores han tenido incluso que amputar miembros del cuerpo, no quiero ni pensar como la estas pasando tu...

Justo en ese momento varios gritos de dolor hicieron que la joven enfermera saliera de sus pensamientos, saltando un poco por la sorpresa, al levantar la mirada logró ver como por la entrada de la tienda llegan uno tras otro soldados cargando y en camillas.

El primer movimiento de la joven fue remover su libreta de la camilla para así poder recibir a algún herido, en ese momento uno de los doctores logró acomodar a un soldado alto y pelirrojo, rápidamente la enfermera se percató de una bala enterrada justamente en su pierna izquierda.

La joven se dirigió rápidamente a una pequeña mesa con utensilios, tomando unas tijeras y un bisturí. Al regresar logra romper una parte del pantalón con las tijeras mientras le da el bisturí al doctor, la joven se dirige al rostro del soldado para ponerle una parte de la sabana en la boca diciéndole:

-Resiste solo un poco.

Mientras tanto el doctor comienza a abrir parte de la pierna para poder extraer la bala lo más rápido posible, a la vez que la enfermera prepara la anestesia, que inyecta segundos después en su brazo para poder acabar con el dolor del soldado.

Al pasar unos cuantos minutos al recibir la anestesia lentamente el soldado comenzó a cerrar los ojos, sintiendo mucho menos dolor hasta caer profundamente dormido mientras el doctor y la enfermera continuaron su trabajo.

Capítulo 1

El soldado herido lentamente comenzó a abrir sus ojos tras una pantalla negra, parpadeando lenta y repetidamente al molestarle la luz. Mientras escuchaba una voz conocida diciendo:

-¡Hermano despertaste! Temía que fueras a morir.

Lentamente el soldado volteo un poco la cabeza hacia su derecha, observando a su hermano menor sentado en un pequeño banco junto a su cama, inclinado sobre esta al verlo despertar.

-¿Nigaito?¿Que fue lo que paso?

-Te dispararon en la pierna, hermano ¿no lo recuerdas? Perdóname... Todo fue mi culpa...

-¿La pierna?

Rápidamente volteo a verse y pudo notar vendajes por encima de su rodilla izquierda, pero al tratar de moverla para verla un dolor punzante lo ataco.

-¡Agh!

-¡Hermano no debes moverte! Necesitas descansar

Enseguida el peliverde se levanto del banco y se alejo un poco de la cama gritando

-¡Enfermera! Mi hermano ha despertado ¡por favor venga!

-¿Como se encuentra el soldado?

Pregunto una dulce voz antes de notarse la figura de la enfermera entrando al pequeño "cubículo" de la cama, dejando ver a una mujer con su uniforme blanco, gorro blanco y dos coletas onduladas color fiusha.

-Que bien que ya este despierto joven

Le dijo la enfermera acercándose a la cama para sentarse en otro banquito a la izquierda del soldado para doblar lentamente su pierna mientras este se queja del dolor.

-¡Agh!

-¡Hermano!

-Tranquilo... No te asustes solo le cambiare las vendas.

Dijo la enfermera al hermano pequeño. De pronto una segunda enfermera se asomo al cubículo

-Disculpa Teto, ¿el soldado Nigaito Shion?

-Soy yo.

-Lo busca alguien afuera, parece que el general quiere hablar con usted.

-¡En un momento voy! Hermano enseguida regreso.

Dijo el peliverde saliendo disparado mientras la otra enfermera retomaba sus actividades.

-¿T-Teto?

Pregunto el soldado a la enfermera volteando a verla, observando como le va quitando las vendas.

-Si, me llamo Kasane Teto, y seré su enfermera estos días mientras se recupera

-¿Cómo esta mi herida? ¿Esta muy mal?

Pregunto al ver la herida descubierta

-No, solo necesita reposos y algunos cuidados, joven

-Mi nombre es Akaito, llámame por mi nombre, por favor; es un gusto conocer a una joven tan linda como tu.

-Gracias, joven Akaito, pero por favor no diga esas cosas, no cuando estoy vendando su herida, puede salir más lastimado.

Bromea un poco la enfermera entre pequeñas risas mientras comienza a cubrir la lesión con las vendas nuevas de forma lenta y suave.

-¿Cuando tiempo llevas en la tropa, Teto?

-Desde que empezaron a invadir China, intente encontrarme con mi hermano Ted, pero quedamos en tropas separadas.

-¿El también esta luchando? ¿En donde esta?

-En Nanki, aunque hace tiempo que no se de él.

-¿Es soldado?

-Así es, pero “las malas noticias vuelan rápido”, creo que si le hubiera pasado algo ya me habría enterado.

-Ha de estar bien, me parece que ambos nacieron con buena estrella.

-¿Y por qué piensas eso?

-Es que eres tan linda y amable que no me puedo imaginar otra cosa…

Le dijo el pelirrojo acercándose un poco a ella al apoyarse sobre sus codos, mientras la enfermera seguía vendándolo, ocasionando que esta se sonrojara y apretara un poco de mas las vendas, haciendo que el soldado vuelva a quejarse del dolor.

-¡Agh!

-¡Lo siento! ¡Te dije que no me distrajeras!

-¿Eso significa que te distraigo? ¿Qué tanto?

-¡¿Eres masoquista o qué?!

Pregunto algo eufórica la enfermera, intentando contener la vergüenza y la risa a la vez, volviendo a acomodar los vendajes.

-Ese comentario no ha respondido mi pregunta sabes.

-Pues si es cierto me distraes, me llamas la atención.

Dijo la enfermera aun acomodando los vendajes un poco más rápido para salir del cubículo y que el soldado no notara su sonrojo.

-Sabes, te ves muy linda sonrojada…

-¡Basta ya por favor!

Exclamo la enfermera terminando por fin de cambiar los vendajes, volviendo a acomodar su pierna en forma recta mientras el rostro del soldado hacia una mueca de dolor.

-Eres tímida, te sonrojas fácilmente y, si, ya me di cuenta, cada que volteas es por sonrojo.

-¡Oye! ¡Tú no me conoces!

Se quejó la enfermera por las palabras del soldado, sonrojándose un poco más pero esta vez inclinándose hacia él, mostrando en su rostro algo de enfado

-Me pareces muy linda cuando te sonrojas… Y ya que estamos en este tipo de momento.

El soldado comenzó a acercarse lentamente a ella, a lo que la enfermera respondió con una bofetada

-¡No se me acerque! Apenas lo conozco ¡¿con quien cree que trata?!

-¡¿DONDE ESTA?!

Se escucho una voz por toda la tienda de enfermería, haciendo que la enfermera y el soldado pararan su conversación y estuvieran atentos a la voz.