Abre los ojos Amor Mio!

Holaaa~!! x3
Llego con otro Fic medio Creepy :'D
Para este, me base en la cancion de: Abre los ojos.
https://www.youtube.com/watch?v=DD8zaoFNtQQ
La cancion me atrapo desde que la oi xD Estuvo dando tantas vueltas en mi cabeza que dieron como resultado la historia xD
Los personajes que use para el Fic son: Miku, Kaito & Luka, asi que ya se imaginaran quien es quien xP
Etto... Disfrutenlo & Comentenlooo~!! :3
Sayo~ <3

Abre los ojos, Amor Mio!

-Quizás sea lo mejor- Me dijiste, No te oí, Te ignore…
Ya no había nada que decir, nuestra relación era mala, desde que te diste cuenta de algunas cosillas que hice para que fueras mio..
Yo trataba de pensar en que nada era real, que todo iba bien, pero otra parte de mí, me decía que nunca lo fue.

Cuando te fuiste, quise ir contigo, pero te negaste, yo sabía que te irías con esa chica de cabellos rosados, grandes proporciones y más alta que yo. Pero mi otra voz me decía que no era cierto, que tú me amabas y que tu corazón era solo mío.

La última vez que te vi, fue cuando saliste de mi puerta, y me dejabas sola en la oscuridad de mi soledad.
Esperaba tu llamada, algo que me diera alguna señal de que aun estabas vivo, pero no recibía nada de tu parte. Debía llamarte yo? Y si no reconocías mi voz? Vaya, sin duda me moriría si fuera así. Por esa razón, esperaba a que te naciera el deseo de escuchar mi voz.
Un día, estaba tumbada en el sillón de mi sala, deprimida, para variar, fue entonces cuando mi teléfono celular sonó. Corrí hacia él y me tropecé con un mueble en medio de la sala, luego de maldecirlo y notar que el golpe me había causado un moretón, alcance a contestar, entonces oí tu voz. Una sensación extraña, reconfortante, me llenaba, empezaba en mis oídos y se expandía por todo mi torrente sanguíneo, era tanta mi emoción que no podía articular palabra alguna.
La llamada fue realmente corta, solo decías que estabas bien, sin revelarme ningún dato de donde y con quien. Solo me dijiste que vendrías a visitarme, que tenias que hablar conmigo, luego como por obra de alguna brujería, te viste obligado a colgar.

Te confesare, que yo sabía que venias a decirme que todo te marcharías de mi vida para siempre. Pero me negaba, siempre fui una chica positiva y eso no debía cambiar ahora, tu corazón era mío, lo sabía, tú lo sabías y ella debería saberlo.
Cuando por fin llego el día, lo presentía más fuerte, tú querías ponerle un final a lo nuestro, pero yo no iba a permitir eso.
Entraste en mi casa y me pediste que me sentara, como tú hiciste lo mismo, obedecí.
Hablaste y hablaste sobre cómo te iba en aquel lugar lejano, del cual no mencionabas nombres. Solo decías que un amor a distancia no funcionaria, que quizás era lo mejor para los dos y debíamos terminar. Yo no te oí, lo ignore por completo, solo veía que las palabras salían de tu boca, pero mis oídos no les hallaban sentido alguno, porque tú eres mío, al igual que tu corazón.

En la mesita del té, estaba un delicioso pastel, que ni siquiera te habías tomado la molestia de probar, lo había hecho con mucho cariño, y aun estaba ahí intacto. No podía dejarlo así, te ofrecí una rebanada y te negaste, me dejaste con el cuchillo en la mano… Bueno, esa fue una de tus malas elecciones.
La plata del cuchillo relucía, nunca antes lo había notado, o quién sabe, a lo mejor me llamaba y me pedía a gritos algo que sabíamos que debía hacer. Cuando fue mi turno de hablar, te conté que me sentía sola, triste y que la oscuridad consumía mi corazón, te dio igual.
Entonces, dije, que te perdonaba todo lo que me había dolido, que ya no importaba, no me lamentaría mas todos aquellos errores que los dos cometimos y que no hicieron funcionar lo nuestro.

No lo dude ni un segundo, “Una chica debe hacer, lo que una chica debe hacer, todo en nombre de el amor”. En ese momento, sentí como la plata se clavaba dentro de ti, no una, si no repetidas veces. Pronto dejaste de moverte, tus ojos ya estaban cerrados y tu silencio me traía paz, al igual que tu rostro, tan… tranquilo.
Pero, sabes? Tu corazón ya es mío, en verdad, y nadie puede quitármelo, ni siquiera tu. Vamos, no te preocupes, yo lo cuidare. Mientras tu despiertas, porque sé que lo harás, se que este loco amor que siento por ti te hará hacerlo. Entonces, cuando ocurras, no recordaras nada, me oirás, me amaras… Abre los ojos ya! Bésame… Mírame… No importa si no lo haces ahorita, yo te esperare.

Ha pasado un tiempo y no sabes cuánto te extraño…
Ese brillo en tus ojos azules que aun siguen cerrados…
Tus besos, abrazos, esas dulces palabras de amor…
Ese dolor tan real, cuando tome tu corazón, que me hizo sentir que lo nuestro era amor verdadero.
Ohh… vaya que te extraño.