Pequeña y tímida recién llegada a la mansión.

Se queda en la puerta de la mansión, observando fijamente la puerta, la cual le parecía enorme y majestuosa. Ella temblaba, sentía emoción y nervios, también miedo, todo al mismo tiempo...
-¿Debería entrar? - dijo con voz temblorosa. - No conozco a nadie... ¿cómo serán mis compañeros, serán amables o... todo lo contrario?
El miedo la invadía, estaba sola y ella mejor que nadie sabía lo tímida que era y lo mucho que la costaba relacionarse. Pero al rato, respiró hondo y se armó de valor. Abrió la puerta con mano temblorosa, entró en la mansión, cerró la puerta tras de sí y se quedó en el hall. Miró a su alrededor, la mansión se veía bien decorada y muy espaciosa. Esperaba encontrarse con alguien lo más pronto posible para recibirla, pero aún no vio a nadie.
- Esto... ¿hay alguien por ahí? - se atrevió a preguntar.

Bajé las escaleras después de haber recibido a una nueva amiga, y me encontré con una sorpresa bastante grande.
- ... Ka-Kaiko-chan?? -Dije asombrado.
- Pero si es mi hermanita ^^ -DIje sonriendo y acercándome a ella y acarisiándole la cabeza.

Tras haber preguntado si podía encontrarse con alguien por allí, vio que alguien bajaba las escaleras. Sonrió al saber que alguien la había escuchado y venía a recibirla. Cuando esa persona bajó del todo las escaleras, ella se dio cuenta de quién vino a recibirla: su hermano mayor Kaito, quien se acercó a ella con una amplia sonrisa y la acarició suavemente la cabeza.
- Hmpf - murmuró mientras su hermano la acariciaba, y le miró a los ojos. - Kaito-oniichan... ¿tú también te instalaste en la mansión? - preguntó asombrada.

Mi hermanita me preguntó si me había instalado en la mansión, acabándole de sobar la cabeza.
- Pues, aquí me ves o no? xD Ya suponía que vendrías cuando vi una habitación con tu nombre en la puerta. Ven, sígueme. -Caballerosamente tomé sus maletas y caminé hacia el segundo piso esperando que me siguera.

Kaito respondió a la pregunta tan obvia que le había hecho su hermana y ella se sonrojó al ver cómo su hermano soltaba una pequeña carcajada. Entonces, él la pidió que le acompañara a la habitación que había asignada para ella tras haberla ayudado con las maletas. Ambos subieron las escaleras hacia el segundo piso, y a medio camino, Kaiko observó a su hermano cargando con las maletas y pensó que debía ayudarle.
- Esto... ¿quieres que te ayude? he traído mucho equipaje, ya que... este será nuestro nuevo hogar... - dijo nerviosa y preocupada por su hermano, sus maletas pesaban demasiado.

Amablemente, Kaiko me ofreció ayudarme a cargar sus maletas.
- Si quieres puedes cargar esta, claro si no es muy pesada. -Dije pasándole una de lsa maletas que no pesaban mucho. Igual eso no me incomodaba, yo era bastante fuerte así que no necesitaba ayuda para cargar unas cuantas maletas.

Llegando a la que sería la habitación de mi hermana abrí la puerta y descargué en la cama sus maletas y empecé a ayudarla a desempacar.

Para agradecer a su hermana que le ofreciera ayuda para llevar sus maletas, Kaito le dio una de las que pesaban poco, para que no la costase mucho subir tanto peso por las escaleras.
Al fin llegaron a la habitación de Kaiko y Kaito abrió la puerta. Éste dejó las maletas en la cama y juntos las deshicieron.
- Gracias por ayudarme. - dijo con una sonrisa y un poco sonrojada.
Abrió el armario y colgó la ropa colocándola por colores y épocas del año, era una chica bastante ordenada.
Miró a su hermano, que seguía sacando la ropa de las maletas.
- Puedes irte ya, si quieres, esto ya lo termino yo sola. - dijo mientras se acercaba a él.

Kaiko empezó a organizar sus cosas en el armario y me dijo que ya no necesitaba mi ayuda, que me fuera si quisiera.
- Aún no me quiero ir xD Cuentame cómo te fue en el viaje? -Era mi hermanita, es mi responsabilidad mantenerme informado de su estado y de cómo le había ido. Yo era su hermano mayor después de todo.

Kaito no quería irse, le pidió a Kaiko que le contara como fue su viaje hasta la mansión. Ella bajó la mirada un instante, pero después sonrió y se dispuso a hablar.
- Bien. - respondió al fin. - Me costó un poco organizarme ya que tenía que viajar sola, ya sabes... - volvió a bajar la mirada. - Pero bueno, al fin y al cabo aquí estoy ¿no? - sonrió -Tenía muchas ganas de venir, aunque al principio dudaba si entrar o no, pero ya ves que me decidí a entrar y viniste a recibirme, - se acercó a él y le abrazó - me alegro de volver a verte, hermano... ya no volveré a estar sola.

Sonreí. Las dulces palabras de su hermanita me habían conmovido.
- Si hermaita, ya no volverás a estár sola ^^ -Respondí con una sonrisa. Seguido me levanté y me propuse a jugar algo con ella para entreternos.
- Mira, quiero ver cuánto has mejorado. Yo tocaré una canción y tú la cantarás. Qué te parece? -De un pequeño aparatico que estaba enganchado al bolsillo de mi pantalón, precioné un botón y se creó un piano olográfico a mi alrededor el cual podía tocar perfectamente.

Las palabras de Kaiko conmovieron a su hermano, por lo que al oír aquello, asintió y la dedicó una sonrisa. Después, Kaito propuso que ensayaran un rato, para que se entretuvieran, y pulsó un botón de un extraño aparato que tenía enganchado al bolsillo de su pantalón. Apareció un piano olográfico, pero se podía tocar como uno normal.
- De acuerdo - respondió ella, sorprendida al ver el piano.
Buscó en sus maletas su micrófono y se lo colocó.
- ¿Cuál canción canto? - preguntó, acercándose a su hermano

Kaiko aceptó el pequeño juego que yo le había propuesto y sacó su micrófono.
- Bien, aquí va. -Presioné la primera tecla del piano y seguí tocando una suave melodía, la cual en la Mansión era conocida por el nombre de Kokoro. Seguí tocando el principio de la canción hasta llegar a la parte en que empezaría a cantar mi hermanita.

Kaito comenzó a tocar Kokoro. Kaiko se conocía muy bien la canción, por lo que no tendría ningún problema. Su hermano la hizo una señal y ella comenzó a cantar
- Saa, mewo akete goran. Ohayou, ohayou gozaimasu... - comenzó a cantar Kaiko.
Siguió cantando hasta el final.
- Soredemo, hohoemi wo tatae-ta kanojo no hyoujou wa. Marude, marude tenshi noyou desita. Arigatou otousan... - terminó de cantar Kaiko.
Miró a su hermano fijamente.
- ¿Qué te parece? - preguntó ella sonriendo a su hermano, un poco sonrojada.