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【Historia Original】Precious Memories
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Página 1 de 1.
【Historia Original】Precious Memories
Aquí presento mi primera historia original. -w- Mezclaré un poco de todo, sobre todo amor y drama. >:3 Advertir que la historia tratará sobre un romance homosexual, en este caso chicos. Si no te gusta pues no leas. -.- Mírate Brokeback Mountain y después me cuentas si te gustan las historias homosexuales o no… 83
Volviendo al tema, la historia será narrada desde el punto de vista (pero en 3ª persona) de un joven de origen ruso llamado Alexey, de 21 años y estudiante de Filosofía. Su vida dará un giro de 180º al conocer a William, un joven de 25 años militar en la marina estadounidense. Y eso, espero que os guste, ¡feliz lectura! <3
-----
Era una noche lluviosa, oscura y en cierto modo, melancólica.
El joven Alexey se encontraba en su escritorio en el cual se apilaban grandes montañas de papeles. Él era un chico de ojos azules y pelo castaño en cuyo rostro se apreciaba el cansancio delatado por sus enormes ojeras. Maldijo un par de veces al aire y echó la cabeza hacia atrás en la silla. Se quedó con la mirada fija en el techo y lanzó un suspiro.
Lo sacó de aquel estado la voz de su madre, Anya, llamándolo para ir a cenar.
El chico bajó por las escaleras torpemente y se sentó en la mesa. Su madre lo observó con una pequeña sonrisa en los labios. El rostro de aquella mujer era muy bello, su piel era pálida y sus ojos se acercaban a un tono violáceo, sin embargo, se apreciaban en él algunas arrugas prematuras para su edad.
- ¿Qué tal llevas los exámenes? – preguntó, sirviéndole a su hijo la cena en el plato.
- Se nota que es el último año… - contestó el joven - La materia se ha complicado bastante…
El chico miró al plato y comenzó a comer, el silencio se prolongó durante toda la cena. Cuando hubieron terminado, Alexey ayudó a su madre a recogerlo todo, quien se quedó por unos instantes con la cabeza gacha.
El joven la miró por unos instantes y de pronto Anya comenzó a llorar. La abrazó tiernamente y apoyó la barbilla sobre su cabeza, su modesta madre parecía en aquel preciso momento tan frágil e indefensa.
Anya se frotó los ojos y apartó las cristalinas lágrimas de sus ojos con las palmas de las manos.
- P-perdona… -se disculpó- Estaba recordando a tu padre. – Alexey bajó la vista y la besó en la frente.
- Lo imaginé – contestó, con una sonrisa curvada en una expresión triste.
El joven estudiante se quedó unos instantes más con su madre, ofreciéndole el apoyo que necesitaba y después volvió con su tarea, con la mala suerte de que no era capaz de concentrarse. Miró una foto que tenía sobre el escritorio y seguidamente la tomó entre sus manos para mirarla más de cerca. La observó con detenimiento y con las yemas de los dedos quitó el polvo de las pequeñas muescas que se habían creado en el marco de la fotografía.
En aquella foto aparecían tanto él de niño como sus padres, una familia en cierto modo, perfecta y feliz.
Sin embargo, la felicidad no tardó en quebrarse, su padre murió al tratar de revelarse del sistema comunista soviético, y desde entonces, su madre no había podido levantar cabeza aunque lo intentase por el bien de su hijo. Anya, por su parte, no pudo soportar más el régimen vigente en Rusia y consiguió escapar con su hijo y huyendo a Estados Unidos, dónde fundaron un humilde hogar. Con mucho sacrificio y esfuerzo, consiguió que su hijo fuese a la Universidad, matriculándose en Filosofía. Alexey, por su parte, no perdía el tiempo y daba lo mejor de sí, no podía permitirse defraudar a su madre.
El joven después de recordar todo aquello, dejó la foto en su sitio y se dio cuenta de que sus ojos estaban humedecidos y sus labios estaban curvados en una expresión triste, se secó las lágrimas con la manga de la camisa, forzando una sonrisa, e intentó ponerse a estudiar, los exámenes finales se acercaban.
Volviendo al tema, la historia será narrada desde el punto de vista (pero en 3ª persona) de un joven de origen ruso llamado Alexey, de 21 años y estudiante de Filosofía. Su vida dará un giro de 180º al conocer a William, un joven de 25 años militar en la marina estadounidense. Y eso, espero que os guste, ¡feliz lectura! <3
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Prólogo
Era una noche lluviosa, oscura y en cierto modo, melancólica.
El joven Alexey se encontraba en su escritorio en el cual se apilaban grandes montañas de papeles. Él era un chico de ojos azules y pelo castaño en cuyo rostro se apreciaba el cansancio delatado por sus enormes ojeras. Maldijo un par de veces al aire y echó la cabeza hacia atrás en la silla. Se quedó con la mirada fija en el techo y lanzó un suspiro.
Lo sacó de aquel estado la voz de su madre, Anya, llamándolo para ir a cenar.
El chico bajó por las escaleras torpemente y se sentó en la mesa. Su madre lo observó con una pequeña sonrisa en los labios. El rostro de aquella mujer era muy bello, su piel era pálida y sus ojos se acercaban a un tono violáceo, sin embargo, se apreciaban en él algunas arrugas prematuras para su edad.
- ¿Qué tal llevas los exámenes? – preguntó, sirviéndole a su hijo la cena en el plato.
- Se nota que es el último año… - contestó el joven - La materia se ha complicado bastante…
El chico miró al plato y comenzó a comer, el silencio se prolongó durante toda la cena. Cuando hubieron terminado, Alexey ayudó a su madre a recogerlo todo, quien se quedó por unos instantes con la cabeza gacha.
El joven la miró por unos instantes y de pronto Anya comenzó a llorar. La abrazó tiernamente y apoyó la barbilla sobre su cabeza, su modesta madre parecía en aquel preciso momento tan frágil e indefensa.
Anya se frotó los ojos y apartó las cristalinas lágrimas de sus ojos con las palmas de las manos.
- P-perdona… -se disculpó- Estaba recordando a tu padre. – Alexey bajó la vista y la besó en la frente.
- Lo imaginé – contestó, con una sonrisa curvada en una expresión triste.
El joven estudiante se quedó unos instantes más con su madre, ofreciéndole el apoyo que necesitaba y después volvió con su tarea, con la mala suerte de que no era capaz de concentrarse. Miró una foto que tenía sobre el escritorio y seguidamente la tomó entre sus manos para mirarla más de cerca. La observó con detenimiento y con las yemas de los dedos quitó el polvo de las pequeñas muescas que se habían creado en el marco de la fotografía.
En aquella foto aparecían tanto él de niño como sus padres, una familia en cierto modo, perfecta y feliz.
Sin embargo, la felicidad no tardó en quebrarse, su padre murió al tratar de revelarse del sistema comunista soviético, y desde entonces, su madre no había podido levantar cabeza aunque lo intentase por el bien de su hijo. Anya, por su parte, no pudo soportar más el régimen vigente en Rusia y consiguió escapar con su hijo y huyendo a Estados Unidos, dónde fundaron un humilde hogar. Con mucho sacrificio y esfuerzo, consiguió que su hijo fuese a la Universidad, matriculándose en Filosofía. Alexey, por su parte, no perdía el tiempo y daba lo mejor de sí, no podía permitirse defraudar a su madre.
El joven después de recordar todo aquello, dejó la foto en su sitio y se dio cuenta de que sus ojos estaban humedecidos y sus labios estaban curvados en una expresión triste, se secó las lágrimas con la manga de la camisa, forzando una sonrisa, e intentó ponerse a estudiar, los exámenes finales se acercaban.
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Bueno, si lo habéis leído me gustaría que dejaseis comentarios. ;u; Me gustaría oír opiniones puesto que este es un proyecto que me interesa. úwu Iré poniendo los demás capítulos si veo que sale adelante esto. >.<
Por cierto aquí os dejo la ficha de los dos personajes que han salido hasta el momento:
- Alexey Kayakova:
Protagonista de la historia.
• Nombre: Alexey Koyakova
• Edad: 21 años
• Nacionalidad: Rusa
• Profesión: Estudiante de Filosofía
• Aspecto físico: Mide 1'68, constitución débil, delgado, con piel pálida debido a su procedencia, ojos azules y pelo castaño. Debido a que su piel es muy clara siempre se le nota mucho cuando está ruborizado.
• Personalidad: Es una persona indecisa y tímida, sin embargo muy cabezota y siempre está dándole vueltas a cosas sin importancia, también es muy fácil ponerle nervioso.
• Gustos: Le gusta leer, en especial libros de ensayo, la naturaleza, el chocolate, los animales, la música y cocinar.
• Odios: Detesta la hipocresía, el cinismo, el gusto que tienen las ciertas personas de meterse con otras a quienes consideran inferiores. Le aterroriza la oscuridad.
• Curiosidades:
- Su padre murió en la Rusia comunista y por eso trata de ayudar a su madre en lo que puede.
- Desde que conoció a William se plantea mucho lo de su orientación sexual.
- Se deja llevar por sus impulsos, sobre todo si se trata de algo que le importa.
- Si ve a alguien que le gusta con otra persona, se pone muy celoso.
- Anya Kayakova:
Madre de Alexey.
• Nombre: Anya Kayakova
• Edad: 39 años
• Nacionalidad: Rusa
• Profesión: En paro
• Aspecto físico: Mide 1'60, delgada y de piel pálida también. Sus ojos son de un azul violáceo y su pelo rubio acastañado.
• Personalidad: Es una mujer amable, pero debido a la muerte de su marido en muchas ocasiones se encuentra en estado de depresión, pero intenta seguir adelante por su único hijo. Con él se muestra cariñosa y se preocupa por lo que le pueda pasar.
• Gustos: Coser, leer, cocinar, dar largos paseos.
• Odios: No le gusta ni la mentira ni el cinismo. Tiene miedo a los sitios cerrados.
• Curiosidades:
- No conoce ningún dato de la vida amorosa de su hijo, aunque intenta descubrirlos por su cuenta.
- Cuando su marido murió, huyó a Estados Unidos con su hijo y viven allí desde entonces.
- Continuamente está echando curriculums con la ilusión de poder encontrar trabajo.
Pues eso, ¡espero que os haya gustado y espero comentarios y demás cosillas! >.<
Re: 【Historia Original】Precious Memories
Me encanto~ *-*
Bueno estuve leyendo la historia que haz echo y sinceramente para empezar me a gustado mucho, en especial el amor que le puede tener un hijo a una madre y seguir adelante con sus estudio para no defraudarle.
Espero que el joven Alexey saque las mejores notas de la clase o al menos que saque buenas notas. n_n
Sigue así que me a gustado mucho y espero ver pronto otro capitulo. =3
Post: Aunque sea hombre y no me gusten los hombres... Me gusta las historias de drama y un buen amor~
Bueno estuve leyendo la historia que haz echo y sinceramente para empezar me a gustado mucho, en especial el amor que le puede tener un hijo a una madre y seguir adelante con sus estudio para no defraudarle.
Espero que el joven Alexey saque las mejores notas de la clase o al menos que saque buenas notas. n_n
Sigue así que me a gustado mucho y espero ver pronto otro capitulo. =3
Post: Aunque sea hombre y no me gusten los hombres... Me gusta las historias de drama y un buen amor~
♪Kaito♪- Beer
- Rango : Usuario/a
Mensajes : 30
Edad : 30
Re: 【Historia Original】Precious Memories
Muchas gracias, Kaito. ;A; Significa mucho para mí que te haya gustado. úwu
Aquí dejo el primer capítulo, a ver si con algo de suerte esto se anima... úwu
En fin espero que os guste~
-----
Capítulo 1
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Aquí vuelve servidora después de la lectura. eweU
Si lo habéis leído agradecería mucho un comentario o algo, quiero que esto se mantenga en pie. ;u; Y también me gustaría saber si gusta... úwu
Si es así, publicaré el próximo capítulo pronto.
Aquí dejo el primer capítulo, a ver si con algo de suerte esto se anima... úwu
En fin espero que os guste~
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Capítulo 1
Los primeros rayos de sol del día se filtraban por la ventana de la habitación de Alexey.
El joven abrió los ojos y se encontró encima de un montón de papeles sobre su escritorio, se había dormido mientras estudiaba.
Miró el reloj y volvió a recostarse entre sus brazos.
Se sobresaltó de pronto y saltó de la silla para dirigirse al armario de forma apresurada.
- ¡Voy a llegar tarde, voy a llegar tarde! – exclamaba el chico mientras se vestía aceleradamente - ¡Voy a llegar tarde al examen!
Bajó a toda prisa por las escaleras y se dirigió a la cocina para darle un beso a su madre.
- ¿No desayunas? – le preguntó Anya.
- No, lo siento mamá.
Salió corriendo por la puerta directo a la estación de metro. Esperó inquieto hasta que el tren llegó, en su cabeza iba repasando diversos conceptos.
Cuando el metro hubo llegado a las facultades siguió corriendo dirigiéndose a la Filosofía.
De pronto sintió que alguien lo llamaba por la espalda.
- Disculpa – dijo una voz firme. – el joven alzó la vista para encontrarse con un chico bastante más alto que él, sin embargo no se le apreciaba demasiado el rostro debido a la gorra que llevaba puesta. – Se le ha caído esto. – el misterioso chico le tendió la cartera al joven ruso.
- A-ah… Muchas gracias.
A Alexey le pareció como si aquel chico le sonriese y entonces éste se despidió.
Por su parte, Alexey se quedó pausado unos momentos con las mejillas encendidas.
Agitó la cabeza y miró el reloj, corrió de nuevo hacia su facultad con la suerte de que llegó a tiempo.
El profesor repartió los exámenes y Alexey lo leyó dos veces, sin embargo no era capaz de concentrarse y recordar los conceptos que responderían a las preguntas del test.
Intentó tranquilizarse, no sabía por qué no podía dejar de pensar en el chico de hace un momento.
- ¡Concéntrate! – se dijo a sí mismo. - ¿Qué demonios te pasa? ¡Era una persona como otra cualquiera!
Intentó dejar la mente en blanco y comenzó a responder al examen.
Cuando hubo terminado, recogió sus cosas y volvió a casa cabizbajo. No estaba muy convencido de lo que había hecho en el examen.
- Pero qué diablos… La materia me la sabía bien…
Le vino a la cabeza la imagen de aquel chico de antes, le hubiese gustado verle bien la cara, pero el sol era muy fuerte y la gorra que llevaba le causaba una sombra por debajo de los ojos.
Pensando en aquello volvió a ruborizarse.
- P-Pero… ¿Q-qué me pasa? Es un chico normal… Ahahaha… - pensó.
Volvió a quedarse cabizbajo y permaneció de aquella manera todo el trayecto de vuelta a casa.
Cuando regresó a casa su madre salió a recibirle.
- Qué. ¿Qué tal el examen?
- A-ah… ¡Bien! –mintió el joven, no quería preocupar más a su pobre madre.
Su madre sonrió y volvió a sus tareas.
- ¿Vas a comer? –preguntó.
- No… Comí algo cuando volvía a casa.
Era mentira, Alexey no tenía apetito alguno en aquel momento.
- Bueno, si quieres algo dímelo. – dijo su madre con una sonrisa en la cara.
El joven le devolvió la sonrisa y subió a su habitación. Dejó su cartera sobre el escritorio y se tumbó en la cama, pasándose un brazo por encima del rostro.
Una vez más le vino a la cabeza la imagen de aquel chico cuyos ojos no pudo ver. Sin embargo pudo recordar el color de su pelo. Era moreno y parecía tenerlo recogido. Volvió a recordar aquella sonrisa que le pareció que le había dedicado, pero quizás por los nervios del examen Alexey se había equivocado
Se apartó el brazo de la cara y se sentó sobre la cama.
- No lo conozco de nada… Pero no sé por qué me gustaría conocer su nombre… - musitó.
Se levantó y volvió a dirigirse a la puerta.
- ¿Te marchas hijo? – preguntó Anya.
- Voy a dar una vuelta, me duele la cabeza – aclaró el joven.
Salió y se metió las manos dentro de los bolsillos, con la cabeza gacha, sumido en sus pensamientos.
Lo sacó de aquel estado un alboroto en una callejuela.
Una mujer gritaba auxilio, agarrando con todas su fuerzas su bolso. Estaba siendo atracada.
Alexey se quedó parado, no sabía exactamente qué hacer. ¿Debía llamar a la policía? ¿Debía intervenir antes de que fuese demasiado tarde? No estaba seguro de aquella última pregunta, su fuerza no era demasiada.
- ¡Eh! ¡Tú! ¡El de ahí!
Uno de los atracadores se había percatado de la presencia de Alexey. Éste por su parte sintió que el corazón se le paralizaba por el terror. Le temblaban las piernas y no sabía qué hacer.
Sin embargo no tuvo demasiado tiempo para pensar, sintió a otro de los delincuentes en su espalda retorciéndole el brazo y apuntándolo con una navaja en la espalda.
Alexey no pudo evitar soltar un grito de dolor.
- Por tu propia seguridad… Yo que tú no gritaría o diría nada a nadie si no quieres dejar de oír por un lado.
El joven intentó reprimirse los gritos y comenzó a llorar, su brazo le dolía demasiado.
- ¡Eh! ¡Vosotros! – dijo una voz firme.
Alexey alzó la vista al oír aquella voz que le parecía tan familiar.
Pudo ver que se trataba del chico de aquella mañana, sin embargo no le distinguía bien la cara, veía borroso por culpa de las lágrimas.
El hombre que estaba retorciendo el brazo de Alexey lo dejó ir y se reunió con los otros.
- Disculpe señor, ya nos íbamos –dijo el que parecía el líder.
Todos los delincuentes que formaban aquella banda salieron corriendo.
El joven que había intervenido se acercó a la mujer.
- ¿Se encuentra bien? – le preguntó.
- Sí, gracias Sargento. – dijo la mujer sonriéndole y yéndose a otra calle más transitada
Alexey se quedó impresionado por aquella palabra… “Sargento”. Lo miró y pudo observar que, en efecto, se trataba de un militar, su uniforme lo delataba.
- ¿Se encuentra bien, joven? – preguntó a Alexey.
- S-sí… G-gracias…
Por fin pudo verle el rostro, su pelo le cubría el ojo derecho, sin embargo el izquierdo era visible, y era de un color grisáceo… Su pelo era moreno y recogido en una pequeña coleta. Parecía un hombre fuerte y era sin duda muy atractivo.
Alexey soltó un pequeño quejido por su brazo y el joven militar lo miró.
- ¿Está herido?
- N-no… Sólo que… M-me duele algo el brazo.
El chico le levantó la manga de la camisa a Alexey y lo examinó. Las mejillas del joven se encendieron por completo.
- No es nada grave. – dijo el militar pasando una de sus manos por el brazo. Alexey pudo sentir el tacto del cuero de los guantes. – Se pondrá bien.
- G-gracias por todo… S-sargento. – dijo algo cabizbajo para ocultar su rubor.
- Llámame William.
- A-Alexey…
- ¿Alexey? ¿Eres ruso?
- S-sí… Sólo que llevo muchos años viviendo aquí.
- Un placer, pues.
- E-el placer es… mío.
Se hizo un pequeño silencio incómodo para el joven. No quería mirarlo a la cara, su corazón estaba acelerado sin motivo alguno. Le parecía atractivo para tratarse de un hombre y eso era lo que no se explicaba.
- Alexey – dijo William
- ¿S-sí? –contestó el joven levantando la cabeza.
- Tengo que seguir con mi trabajo.
- A-Ah… C-claro…
- Toma, por si necesitas algo alguna vez. – le tomó la mano a Alexey y le puso una tarjeta sobre ella.
- G-gracias.
El joven militar bajó su gorra y se dio la vuelta para volver con su trabajo.
Alexey lo miró durante unos instantes y volvió a su casa, no dijo ni una palabra a su madre cuando llegó, simplemente se tiró sobre la cama y abrazó con fuerza un cojín grande, completamente ruborizado.
- W-William… ¿Huh?
Escondió su cara en el cojín y así permaneció hasta quedarse dormido.
El joven abrió los ojos y se encontró encima de un montón de papeles sobre su escritorio, se había dormido mientras estudiaba.
Miró el reloj y volvió a recostarse entre sus brazos.
Se sobresaltó de pronto y saltó de la silla para dirigirse al armario de forma apresurada.
- ¡Voy a llegar tarde, voy a llegar tarde! – exclamaba el chico mientras se vestía aceleradamente - ¡Voy a llegar tarde al examen!
Bajó a toda prisa por las escaleras y se dirigió a la cocina para darle un beso a su madre.
- ¿No desayunas? – le preguntó Anya.
- No, lo siento mamá.
Salió corriendo por la puerta directo a la estación de metro. Esperó inquieto hasta que el tren llegó, en su cabeza iba repasando diversos conceptos.
Cuando el metro hubo llegado a las facultades siguió corriendo dirigiéndose a la Filosofía.
De pronto sintió que alguien lo llamaba por la espalda.
- Disculpa – dijo una voz firme. – el joven alzó la vista para encontrarse con un chico bastante más alto que él, sin embargo no se le apreciaba demasiado el rostro debido a la gorra que llevaba puesta. – Se le ha caído esto. – el misterioso chico le tendió la cartera al joven ruso.
- A-ah… Muchas gracias.
A Alexey le pareció como si aquel chico le sonriese y entonces éste se despidió.
Por su parte, Alexey se quedó pausado unos momentos con las mejillas encendidas.
Agitó la cabeza y miró el reloj, corrió de nuevo hacia su facultad con la suerte de que llegó a tiempo.
El profesor repartió los exámenes y Alexey lo leyó dos veces, sin embargo no era capaz de concentrarse y recordar los conceptos que responderían a las preguntas del test.
Intentó tranquilizarse, no sabía por qué no podía dejar de pensar en el chico de hace un momento.
- ¡Concéntrate! – se dijo a sí mismo. - ¿Qué demonios te pasa? ¡Era una persona como otra cualquiera!
Intentó dejar la mente en blanco y comenzó a responder al examen.
Cuando hubo terminado, recogió sus cosas y volvió a casa cabizbajo. No estaba muy convencido de lo que había hecho en el examen.
- Pero qué diablos… La materia me la sabía bien…
Le vino a la cabeza la imagen de aquel chico de antes, le hubiese gustado verle bien la cara, pero el sol era muy fuerte y la gorra que llevaba le causaba una sombra por debajo de los ojos.
Pensando en aquello volvió a ruborizarse.
- P-Pero… ¿Q-qué me pasa? Es un chico normal… Ahahaha… - pensó.
Volvió a quedarse cabizbajo y permaneció de aquella manera todo el trayecto de vuelta a casa.
Cuando regresó a casa su madre salió a recibirle.
- Qué. ¿Qué tal el examen?
- A-ah… ¡Bien! –mintió el joven, no quería preocupar más a su pobre madre.
Su madre sonrió y volvió a sus tareas.
- ¿Vas a comer? –preguntó.
- No… Comí algo cuando volvía a casa.
Era mentira, Alexey no tenía apetito alguno en aquel momento.
- Bueno, si quieres algo dímelo. – dijo su madre con una sonrisa en la cara.
El joven le devolvió la sonrisa y subió a su habitación. Dejó su cartera sobre el escritorio y se tumbó en la cama, pasándose un brazo por encima del rostro.
Una vez más le vino a la cabeza la imagen de aquel chico cuyos ojos no pudo ver. Sin embargo pudo recordar el color de su pelo. Era moreno y parecía tenerlo recogido. Volvió a recordar aquella sonrisa que le pareció que le había dedicado, pero quizás por los nervios del examen Alexey se había equivocado
Se apartó el brazo de la cara y se sentó sobre la cama.
- No lo conozco de nada… Pero no sé por qué me gustaría conocer su nombre… - musitó.
Se levantó y volvió a dirigirse a la puerta.
- ¿Te marchas hijo? – preguntó Anya.
- Voy a dar una vuelta, me duele la cabeza – aclaró el joven.
Salió y se metió las manos dentro de los bolsillos, con la cabeza gacha, sumido en sus pensamientos.
Lo sacó de aquel estado un alboroto en una callejuela.
Una mujer gritaba auxilio, agarrando con todas su fuerzas su bolso. Estaba siendo atracada.
Alexey se quedó parado, no sabía exactamente qué hacer. ¿Debía llamar a la policía? ¿Debía intervenir antes de que fuese demasiado tarde? No estaba seguro de aquella última pregunta, su fuerza no era demasiada.
- ¡Eh! ¡Tú! ¡El de ahí!
Uno de los atracadores se había percatado de la presencia de Alexey. Éste por su parte sintió que el corazón se le paralizaba por el terror. Le temblaban las piernas y no sabía qué hacer.
Sin embargo no tuvo demasiado tiempo para pensar, sintió a otro de los delincuentes en su espalda retorciéndole el brazo y apuntándolo con una navaja en la espalda.
Alexey no pudo evitar soltar un grito de dolor.
- Por tu propia seguridad… Yo que tú no gritaría o diría nada a nadie si no quieres dejar de oír por un lado.
El joven intentó reprimirse los gritos y comenzó a llorar, su brazo le dolía demasiado.
- ¡Eh! ¡Vosotros! – dijo una voz firme.
Alexey alzó la vista al oír aquella voz que le parecía tan familiar.
Pudo ver que se trataba del chico de aquella mañana, sin embargo no le distinguía bien la cara, veía borroso por culpa de las lágrimas.
El hombre que estaba retorciendo el brazo de Alexey lo dejó ir y se reunió con los otros.
- Disculpe señor, ya nos íbamos –dijo el que parecía el líder.
Todos los delincuentes que formaban aquella banda salieron corriendo.
El joven que había intervenido se acercó a la mujer.
- ¿Se encuentra bien? – le preguntó.
- Sí, gracias Sargento. – dijo la mujer sonriéndole y yéndose a otra calle más transitada
Alexey se quedó impresionado por aquella palabra… “Sargento”. Lo miró y pudo observar que, en efecto, se trataba de un militar, su uniforme lo delataba.
- ¿Se encuentra bien, joven? – preguntó a Alexey.
- S-sí… G-gracias…
Por fin pudo verle el rostro, su pelo le cubría el ojo derecho, sin embargo el izquierdo era visible, y era de un color grisáceo… Su pelo era moreno y recogido en una pequeña coleta. Parecía un hombre fuerte y era sin duda muy atractivo.
Alexey soltó un pequeño quejido por su brazo y el joven militar lo miró.
- ¿Está herido?
- N-no… Sólo que… M-me duele algo el brazo.
El chico le levantó la manga de la camisa a Alexey y lo examinó. Las mejillas del joven se encendieron por completo.
- No es nada grave. – dijo el militar pasando una de sus manos por el brazo. Alexey pudo sentir el tacto del cuero de los guantes. – Se pondrá bien.
- G-gracias por todo… S-sargento. – dijo algo cabizbajo para ocultar su rubor.
- Llámame William.
- A-Alexey…
- ¿Alexey? ¿Eres ruso?
- S-sí… Sólo que llevo muchos años viviendo aquí.
- Un placer, pues.
- E-el placer es… mío.
Se hizo un pequeño silencio incómodo para el joven. No quería mirarlo a la cara, su corazón estaba acelerado sin motivo alguno. Le parecía atractivo para tratarse de un hombre y eso era lo que no se explicaba.
- Alexey – dijo William
- ¿S-sí? –contestó el joven levantando la cabeza.
- Tengo que seguir con mi trabajo.
- A-Ah… C-claro…
- Toma, por si necesitas algo alguna vez. – le tomó la mano a Alexey y le puso una tarjeta sobre ella.
- G-gracias.
El joven militar bajó su gorra y se dio la vuelta para volver con su trabajo.
Alexey lo miró durante unos instantes y volvió a su casa, no dijo ni una palabra a su madre cuando llegó, simplemente se tiró sobre la cama y abrazó con fuerza un cojín grande, completamente ruborizado.
- W-William… ¿Huh?
Escondió su cara en el cojín y así permaneció hasta quedarse dormido.
-----
Aquí vuelve servidora después de la lectura. eweU
Si lo habéis leído agradecería mucho un comentario o algo, quiero que esto se mantenga en pie. ;u; Y también me gustaría saber si gusta... úwu
Si es así, publicaré el próximo capítulo pronto.
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