De visita en el hospital

Cogí el pañuelo que me dio y me sequé las lágrimas con él.

- Gracias... -dije intentando sonreir- intentaré estar contento... ¿vale?

En mi cara se dibujó una amplia sonrisa. Luego, Gumi dijo que yo era algo sensible mientras se reía disimuladamente.

- Si... demasiado sensible últimamente -desvié la mirada- algo impropio de un samurai como yo.

Bufé.
-Mejor eso que ser un arrogatintoso- dije poniendo morritos. Yo tenía mi propio vocabulario por lo que a lo mejor, se estrañaba al escuchar esa palabra, pero para eso estaba yo, para esplicarle cualquier cosa.

-Onii tu tienes hermanos?- pregunté con curiosidad.

- ¿Hermanos? -contesté algo sorprendido- Bueno... tengo una hermana pequeña... pero nunca he tenido demasiado contacto con ella... de pequeños a penas nos veíamos... yo vivía haciendo el camino del samurai, viajando de aquí para allá... además, hace años que no se nada de ella.

Miré hacia la ventana, pensativo. No merecía la pena darle más vueltas a lo de mi hermana, por suerte yo no tenía un vínculo tan fuerte con ella y no sufría por su ausencia como lo hacía Gumi con la de su hermano.
Tras un silencio, miré a Gumi, sonriente.

- Aunque bueno, ahora te tengo a ti, Gumi-chan -dije alegremente- Ahora supongo... que ya no me sentiré solo... -desvié la mirada hacia Dell, y la aparté corriendo. Me acordé de lo que deliraba Dell... de esas cosas tan raras que decía. Al parecer, él también se sentía bastante solo..
Me acerqué a él y le tomé la mano.

- Parece... un angel -dije serenamente- aunque deberías de haberle visto en acción... era... todo un demonio.

Tras decir eso solté una carcajada sin ganas, debía de animarme de alguna forma.

- Pero... supongo que en el fondo era un buen chico.

-Soka... ¿sabes qué? Tu hermana se lo pierde. Jamás sabrá lo buen hermano mayor que eres, estoy segurísima de ello- acto seguido se acercó a la cama y le cogió la mano a Dell, se me rompió el corazon al ver la imagen. Sonreí ante la gracia que acababa de hacer el mismo, supongo, para intentar animarse. Me acerqué y me coloqué a su lado.

-¿era? querrás decir es, no está muerto, solo... dormido

Cuando Gumi pronunció la palabra muerto, un escalofrío recorrió mi cuerpo. La miré algo nervioso y luego miré a Dell.

- Tienes razón, Gumi-chan... hablo de él como si estubiera muerto... pero... e-es que... a-a veces... tengo l-la... la sensación de que... de que... -casi no podía hablar, coloqué una mano sobre mi boca, aguantándome el dolor- de que no despertará -logré terminar la frase.

De nuevo ese extraño dolor había vuelto a mi. Esto me estaba afectando demasiado...

Regrese al hospital, sabia que Gakupo y Gumi estarian alli visitando a Dell. Me acerque a la sala y me aproxime a ellos, sin poder evitar sentir tristeza por el enfermo.

-En fin ,hola de nuevo, tengo algo que deciros. - Me aclare la garganta y me dispuse a informar de las noticias. -Regreso a casa, me ha agradado mucho la estancia aqui, pero tengo que volver. Ha sido un placer, no lo olvidare. - Me despedi de ambos y me dispuse a irme.

Estaba con la cara entre mis manos, intentando calmarme, cuando oí que alguien entraba. Levanté la vista y vi a Neru, la chica rubia que conocí en la mansión.
Dijo algo sobre que se iba a ir. Inmediatamente miré a Gumi, que estaba sorprendida y con lágrimas en los ojos. Corrí a abrazarla... sabía que ella y Neru eran amigas.

- Gumi-chan... no te preocupes yo... nunca te dejaré sola... -dije mientras le acariciaba el cabello.

No pude contenerme... Primero mi hermano, y luego Neru.... Me mordí el labio inferior conteniendo el llanto, hasta que colapsé. Miles de lágrimas se desbordaron por mi rostro, por mi piel.... Abracé a Gakupo buscando refugio. Me sentía caer, como si no existiera el suelo....Puede que fuese algo exagerado, pero me había encariñado con Neru, aunque yo para ella fuese una simple conocida, la tenía como a una amiga.... una amiga que acababa de marcharse.

-Onee-chan.... di-dime que tu tampoco te iras... No como mi hermano y Neru...- dije entre sollozos.

Al parecer, Gumi tenía un fuerte vínculo con Neru. Su despedida se le hizo más dura de lo que imaginé. Rompió a llorar en mis brazos, la abracé con fuerza, intentando que se calmara.

- N-no... yo nunca me iré Gumi-chan, te lo prometo...

Esperaba de todo corazón poder cumplir esa promesa. Le sequé las lágrimas y le dediqué una sonrisa.

- No te preocupes... seguro que puedes contactar con ella, ahora alegra esa cara, quiero verte sonreir.