Nuevo inquilino

Tras ver la reacción de Nigaito me sentía culpable, mi rechazo podría haberle afectado demasiado.
-Tranquilo... no pasa nada, es sólo que no me lo esperaba, pero eso no quiere decir que no me gustase-le dije a Nigaito para animarlo.
Entonces me dí cuenta de lo que había dicho, era demasiado malpensable.
-¡Aunque tampoco he dicho que quiera que me beses!-dije muy nerviosa y colorada.
Seguía viendolo deprimido asique me acerqué a él, le aparté el pelo hacia un lado y le dí un beso en la mejilla. Después le miré a los ojos y le sonreí.
-¿Ves? todo está bien-dije con una tímida sonrisa.

La miré con una cara nacida de la mezcla entre sorpresa, verguenza y ¿Alegría?.

- Entonces, ¿No estás enfadada? - Después de eso sonreí.- Me alegro mucho por ello.

Después del beso que me dio estaba algo colorado, y con animos asi que me acerqué yo tambien y le di un beso en la mejilla.

- Ha sido algo muy precipitado. Creo que no debería saberlo nadie más.

Si se enteraba la gente, ella podría tener problemas. A mi me daría más o menos igual, la verdad es que conocía a poca gente por aquí.

Me sonrojé al notar sus labios en mi mejilla, ya teniamos etto... confianza el uno en el otro.
"En realidad... eres especial" pensaba mirándole tontamente.
Me di la vuelta para que no notara que me ponía más roja aún, el día de hoy había sido algo vergonzoso.
Al girar la cabeza vi a través de la ventana que ya se había hecho de noche.
-Ya es tarde...-dije para animar un poco aquello.
En realidad no tenía sueño, sino todo lo contrario, tenía energía de sobra.
-¿Te apetece hacer algo antes de que se acabe el día?-dije sonriendo mientras miraba a la Luna por la ventana.
Me daba algo de vergüenza mirarle, la verdad no sabía muy bien por qué... ¿sería por quitarme mi primer beso?

Todo estaba muy tranquilo en estos momentos. Solo una cosa, nuestra amistad ahora no es de conocidos, sino como si nos hubieramos conocido hace mucho tiempo.

No me di cuenta hasta ahora de que era de noche, la verdad es que esta noche no dormiria gran cosa, asi que poco importaba.

- Claro, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa mientras sea divertida.

Ella no me miraba, probablemente estaba perdida en sus pensamientos, a lo mejor pensaba que su primer beso se lo daria un principe, o quizas un chico del que llevaba tiempo enamorada. En cualquier caso, la vida te da muchas vueltas.

Si lo pensaba bien, tambien era mi primer beso. Hasta ahora no le habia dado demasiada importancia a ese hecho, pero empezaba a cobrar un gran protagonismo. Desde chico, me inculcaron que debia casarme con aquella persona que me diera el primer beso. Pero, no estaba seguro de si podria cumplir eso.

Seguía mirando a la Luna, pensando en alguna actividad entretenida. Lo de ver una película no había sido buena idea... por culpa de eso se montó aquel "numerito".
-Pues ahora mismo no se me ocurre nada...-dije rompiendo el silencio.
Allí no se veía ni un alma... parecía que estabamos completamente solos. Sólo nos acompañaba un silencio profundo, el cual hacía que me sintiera más vergonzosa, y eso no era propio de mi.
-Podrías contarme algo sobre ti, puesto que a malas penas te conozco-dije mientras me situaba más cerca de él.
Era una forma de pasar el tiempo y también una forma de conocernos mejor, aunque supongo que yo ya sabía lo que debía saber. De todas formas, nunca viene mal conocer un poco más a un amigo, hace que se pueda confiar más en él, y así tendríamos conversación para rato, dado que el tiempo no mejoraba.

- Bueno, no he tenido un pasado lo que se dice extremadamente feliz. Pero si tantas ganas tienes de saberlo, te lo cuento.

Nos esperaba una conversacion algo larga, pero parecia faltar mucho para que llegara alguien, o para que nos empezara a llegar el cansancio del dia.

- Soy probablemente, uno de los miembros masculinos mas responsables de los Shion. La verdad es que soy el mas mono y el mas adorable, pero todo el mundo se fijaba mas en mis otros hermanos, en especial en Kaito y Akaito. En fin, estas un poco mas separado, hacia amigos solo porque querian conocer mas a Kaito.

Cuando Kaito se fue, la situacion no cambio demasiado, solo que ahora no estaba el para protegerme de los abusos de algunos de mis hermanos. Un dia me harte de la situacion y decidi venir aqui, y aqui estoy.

Me estaba prestando bastante atencion, eso era bueno. Aunque la historia no era especialmente alegre.

- Bueno, ahora me gustaria saber algo mas sobre ti.

Escuchaba cada palabra que decía, su historia era un poco triste, me daba mucha pena. Oía su historia palabra por palabra, hasta que me preguntó por mí. Pero en ese momento, antes de contarle mi vida lo abracé, para darle algo de cariño, que el pobre lo necesitaba.
-Siento mucho haber sacado el tema... yo no sabía eso-decía disculpándome mientras lo abrazaba.
Quería transmitirle que no estaba sólo, que yo sería su amiga, pero no por querer conocer a sus hermanos, sino por él mismo.
-Yo nunca te haré eso-dije mientras cada vez le abrazaba más fuerte.
Lo peor es que después de que él me contara esa historia, mi vida parecía feliz y confortable...
-Pues... yo me he criado con mi hermano Mikuo, que hace poco se vino a vivir aquí. Él y yo siempre hemos estado juntos, divirtiendonos y tal, él siempre me ayudaba mucho. Yo era una de las niñas más monas del colegio, y siempre tenía chicos detrás, aunque me desagradaba mucho... También una de las cosas que quería hacer cuando creciera un poco más era destacar en la música, siempre me ha gustado cantar, y por ese motivo me vine a vivir aquí.-dije sin enrollarme demasiado.
Ahora pensaría que era una niña pija o algo similar... supongo que a su lado era lo que parecía.

Mi cara se debio enrojecer cuando me abrazó con fuerza, no se si se me notaría.

- Gracias.

Cuando me relató su historia, le respondí sonriendo:

- Entonces no has tenido una vida mala, me alegro mucho.- Acto seguido me di cuenta de algo y continué.- ¿Tú cantas? Oh, interesante.

Había cantado varias veces en mi vida, pero no me parecía que tuviera una gran voz, más o menos tenía una voz como la de Kaito.

Me preguntaba, si al decir si yo cantaba me estaba pidiendo que le cantara... yo lo haría de todas formas, era algo que me gustaba mucho.
-Te voy a cantar algo si quieres-dije yo emocionada. La verdad es que me hacía ilusión eso de cantar...
Me disponía a cantar... la verdad es que no conocía muchas canciones, asique opté por una bonita, aunque un poco triste...
-¿Lo recuerdas? Bajo el árbol de esa colina, habíamos puesto una caja pequeña nuestros recuerdos del verano... A partir de ese día ha pasado tanto tiempo, lo que siento... quería decírtelo... todavía lo mantengo encerrado... Siempre te esperaré en ese lugar donde jugábamos... Miro como desaparecen las luces, defendiendo mi sueño, cerré mis ojos... Por favor ¡No me dejes sola! Pero entonces escuché tu voz... quiero volverte a ver aunque sea una vez...-cantaba tristemente.
Paré de cantar al ver que si seguía, probablemente me volvería a poner a llorar, era una canción muy triste y, que me traía muchos recuerdos...
Miré a Nigaito para ver que le había parecido.
-¿Qué tal?-pregunté, esperando una respuesta.

Se me debía notar en la cara que quería que me cantara, la verdad es que lo hacia muy bien.

La canción era de amor, era preciosa. La escuchaba embelesado y con la boca abierta, asi quizás captaba mucho más la canción.

- Es una canción muy bonita.- Le dije aplaudiendo. Mientras un par de lágrimas empezaban a caer por la cara.- Sí, muy bonita.

Canciones de amor tristes, eran mi debilidad. Casi siempre acaba llorando, por que no había tenido ningún amor. Era muy triste, la verdad.

Parecía que le había gustado, me alegraba de ello. La verdad es que después de recordar aquella canción me vinieron muchos recuerdos a la mente, todos ellos, como no, tristes. También me hizo recordar que, aunque era mona, nunca había encontrado a alguien con el que mantener una relación, alguien que me comprendiera.
-Las cosas tristes son siempre las más bonitas, y a la vez son las que prefieres no recordar...-decía para romper un poco el silencio que quedaba.
Después de eso me entró mucho sueño, y sin darme cuenta me fui durmiendo poco a poco, hasta quedarme durmiendo apoyada en el hombro de Nigaito.

Miku se había dormido echada en mi hombro, sonreí cuando la vi durmiendo plácidamente, era muy guapa.

No podía quedarme embelesado mirándola, era ya tarde. La cogí en brazos y subí las escaleras con ella. La verdad es que no pesaba mucho, y yo iba con mucho cuidado para no despertarla.

No sabía en que habitación estaba, así que miré en las placas de las habitaciones hasta encontrar la suya, la número 7. Allí había solo maletas en la zona de una de las camas, las otras están vacias. Así que la dejé allí y la tapé con la manta.

Cuando salí me di cuenta de que en la placa también aparecia mi nombre en la placa, así que seguramente había un error y yo estaba en la misma habitación que Miku, y no figuraba tercer nombre.

Fui a por las maletas que había dejado el habitación número 1 y las dejé en una de las camas libres de la número 7. Deshice la cama y metí las cosas de las maletas en sus sitios respectivos.

Terminé un rato más tarde, antes de acostarme me volví hacia la cama donde dormía Miku, le di un beso en la frente y las buenas noches.

Terminé acostándome en mi cama y durmiendo, para así poder descansar de tantas emociones diarias.

A la mañana siguiente me desperté temprano, había dormido muy bien, pero no recordaba como había llegado a la habitación, era extraño, aunque tampoco recordaba haberme quedado dormida. Me di la vuelta y vi a Nigaito durmiendo en la cama de al lado.
-¿Me trajo él aquí ayer?-dije pegando un grito.
Por culpa de ese acto Nigaito se despertó, fue culpa mía, pero esque me había llevado una gran sorpresa. No pensaba que fuera capaz de traerme... aunque bien pensado, podría ser.
-Siento haberte despertado Nigaito-dije pidiendo perdón-Parece ser que compartiremos cuarto... esto si es casualidad-dije muy contenta.

Soñaba, de eso estaba seguro. Estaba en un terreno totalmente rocoso, a mi alrededor había muchas siluetas, todas ellas me miraban (lo único que se distinguían eran sus ojos), parecían esperar algo.

Sobre todo me fijaba en la que estaba más cerca de mi, formaban un círculo y había una sombra dentro de él a mi lado. Todos me estaban esperando, pero ¿Qué esperaban?

Un grito me sobresaltó, y me despertó de mi sueño. Me levanté sobresaltado y miré a mi alrededor, vi a Miku diciéndome algo. Tarde un poco en procesar porque estaba allí y que me estaba diciendo, pero conseguí reponerme pronto y decir:

- Sí, es una suerte. Buenos dias.- Acto seguido me froté un poco los ojos para ver mejor.- Espero que hayas dormido bien.

Parecía algo confuso, era normal, uno por las mañanas se despierta aún algo cansado y más si te despertaban de un susto.
-Lo siento de nuevo...-decía volviendome a disculpar-Si, he dormido bastante bien, gracias por preguntar-dije con una sonrisa en la cara.
Me dirigí al baño a asearme y poder así, estar algo presentable.
-Enseguida vuelvo-dije marchandome.

- No pasa nada, debería haberme despertado al rayar el alba, como siempre. Me encanta ver la salida del sol, y si duermo mucho más tiempo se me trastorna el horario.

Siempre me levantaba cuando los primeros rayos de luz salían, a veces incluso antes. Me subía al tejado y me tumbaba para ver salir el sol, y luego me quedaba allí hasta la hora del desayuno.

Ahora que ella estaba aseándose, ¿Qué podía hacer? Me había ocupado de deshacer las maletas antes de acostarme, pero de todas formas revisé si lo había colocado todo. Con sueño podía haberlo puesto todo manga por hombro.

Me di cuenta de que faltaba algo, faltaba una de mis maletas. !Faltaba la maleta donde metía todas mis recetas de té! Para mi, era algo imprescindible. Siendo tan despistado como era debía haberla perdido en algún momento del día anterior. Probablemente en la habitación de Kaito.

Decidí ir a por ellas, probablemente Miku tardaría un rato en salir y yo no tardaría nada en volver.

[Voy al tema de Gaku y Kaito a pillarlos xD. Volveré enseguida. xD ]

Volví de asearme, la verdad es que me sentía mejor ahora al estar relajada y limpia. Al regresar a la habitación vi que Nigaito no estaba, "¿Dónde puede estar?" pensaba. Quizás habría bajado a desayunar a la cocina o habría ido a asearse.
Yo, al ver que no había nadie en la habitación, pensé que no pasaría nada por cambiarme de ropa allí.
Cojí la ropa del armario y me dispuse a cambiarme. En ese momento me dí cuenta de algo, mi camisa no estaba... no podía salir de la habitación sin ella...
-¿Ahora que hago? La sucia está lavándose, y se supone que hoy iba a comprarme ropa... pero sin la otra camiseta voy lista.-decía hablando conmigo misma.
Por lo menos no había nadie, pero eso no me tranquilizaba, en cualquier momento alguien aparecería y... bueno, la situación no iba a ser muy acojedora.
-Tengo que darme prisa en encontrarlo...-dije en voz alta mientras rebuscaba en mis maletas.

Después de la escena, y ya con mi maleta en la mano volví a entrar en la habitación. No podía contarle a Miku lo que había visto, se lo había prometido... Seguro que le traumatizaba saber algo asi de Kaito.

Cuando entré en la habitación vi a Miku semidesnuda, frente mía, mostrandolo todo lo que no ocultaba su sujetador.

Me puse completamente rojo, aunque enseguida me di la vuelta y me tapé los ojos, el nerviosismo se notaba en mi voz.

- Lo-lo siento mucho, no sa-sabia que estabas así.

Me ardía la cara, no me imaginaba que ella estuviera así.

La maleta había caído a mis pies, pero no había ningún sonido de haberse roto nada, una suerte.

Al ver a Nigaito entrar por la puerta me quedé petrificada... ¡no podía estar pasándome esto a mí!
Como pude, me tapé con los brazos y me di la vuelta. Estaba muy avergonzada...
-¡Pero no mires!-decía muy nerviosa y colorada.
Al ver que se daba la vuelta me quedé más aliviada, pero seguía sin camisa... y eso no se iba a solucionar tan fácilmente.
-Siento estar así, pero... he perdido mi camisa y ahora no tengo nada que ponerme... y, así no puedo estar todo el día-le expliqué a Nigaito.
Sabía que no era excusa, ¿a quién se le ocurre traerse sólo dos mudas? la respuesta era sencilla, a mí, simplemente a mí.
Permanecía mirando a la pared, tapada por mis brazos... y no sabía cuanto tiempo sería capaz de quedarme en esa situación.

Comprendí la situación, pero ¿Qué podia hacer yo?

Tuve una idea genial:

- Est-a bien. Te echaré una mano.

De espaldas a ella me subí la camiseta y me la quité, después con la cabeza de espaldas a ella y la mano tapándome la cara, le acerqué con la otra mano mi camiseta. Así pues, estaba con el torso al desnudo, esperaba no alarmarla al hacer eso.

- T-toma, póntela. No puedes ir por ahí así.

Al ver el acto de Nigaito me sorprendí. En realidad no quería dejarlo así, pero era la única solución que tenía en ese momento.
-Gracias Nigaito...-dije mientras la cogía.
Me dispuse a ponérmela. Una vez puesta vi que me estaba un poco grande y larga, pero mejor era eso que nada.
-Gracias de nuevo-dije mientras lo abrazaba-Era muy incómodo estar en esa situación-añadí.
Veía que estaba colorado, y yo, para ser sincera también.
Ahora que lo pensaba... él se había quedado sin camisa... y en ese momento estaba junto a él... extraña situación.
Dejé de abrazarlo, más que nada para evitar situaciones embarazosas, pero lo que había hecho por mí era algo muy bonito, y que le agradecería durante mucho tiempo.
Todo se quedó en silencio, yo no tenía nada que añadir, almenos hasta que me calmara un poco...

Me había dado un abrazo, era una situación bastante... Extraña.

Cuando se separó de mí llegué a una conclusión, algo con lo que había estado dudando desde ayer mismo, algo que lo cambiaría todo. Y es que, tenía la sensación de haberme enamorado de Miku.

Era mi segundo día allí, y todo había cambiado para mí. Pero, seguramente ese cambio sería para mal. No estaba seguro, pero tenía la sensación de que no le gustaba a Miku, quizás era demasiado pronto.

Tenía la cara ardiendo, probablemente de lo colorado que estaba en ese momento, pero no quería hacer nada. Era un momento muy tenso, por así decirlo.

Ví a la chica mirar desde la puerta, se puso roja, probablemente pensaría algo que no era. La verdad, no era de extrañar... cualquiera podría malinterpretar aquello. En ese momento me puse roja y aún así, me acerqué a la chica de pelo rosa... pero ella se alejaba cada vez más, hasta que se fue sin poder explicarle nada.
-¿Qué debe de haber pensado?-dije muy nerviosa.
En ese momento me senté en la cama, estaba algo confusa... Miré a Nigaito, que en ese momento estaba depié a mi lado, y algo confuso también.
-No se que es lo que esa chica habrá pensado, pero no te preocupes... no dejaré que corran esos rumores por ahí-dije intentando calmar un poco la situación.
Yo no quería ese tipo de malentendidos... y menos aun si eran totalmente falsos, porque la realidad es que entre Nigaito y yo... bueno, solamente habían pasado cosas casi sin importancia...

- Probablemente ha pensado que estábamos...- No llegué a terminar la frase, seguro que ella también se lo imaginaba.- De todas formas, como no es verdad. Imagino que no pasa nada. ¿O no?

Probablemente el rumor de que éramos pareja correría sin que nadie pudiera detenerlo, al contrario que lo de Kaito. Bueno, probablemente la chica no tendría ni idea de lo que había visto y no diría nada.

Me acordé de que estaba sin camiseta, así que fuí hasta mi armario y cogí una que tenía por allí. Era exactamente igual a la que le había dado a Miku, tenía dos camisetas exactamente iguales.